¿A quién le querés ganar?

 “Considero más valiente al que conquista sus deseos

 que al que conquista a sus enemigos,

ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.”.

Aristóteles (384 AC-322 AC, filósofo griego).


Ya comenté en otras oportunidades que en nuestro arte marcial no existen torneos ni competencia y que cuando nos juntamos, lo hacemos para practicar entre los asistentes a Seminarios.

La única medida válida para conocer nuestro estado de avance en nuestra habilidades es compararnos con nosotros mismos.

Esto nos remite a un concepto central, “Masakatsu agatsu”, que se traduce como “La única victoria verdadera, es la victoria sobre uno mismo”.

Este concepto cruza íntegramente la práctica diaria y nos invita a dejar de lado toda competencia.

Masakatsu Agatsu Katsuhayabi

Masakatsu, “victoria verdadera”, se asocia con el elemento masculino de la creación; agatsu, “victoria sobre uno mismo”, se asocia con el elemento femenino.

Juntos, representan katsuhayabi, “¡victoria aquí mismo, ahora mismo!”, un estado ideal de perfección y de plenitud.

O'Sensei, sostenía que “...los verdaderos y más peligrosos enemigos con los que nos enfrentamos son el miedo, la ira, la confusión, la duda y la desesperación. Si vencemos esos enemigos que nos atacan desde el interior, podemos lograr una verdadera victoria en los ataques que vienen del exterior.” (“Secretos del Budo”, John Stevens).

Asimismo, este concepto filosófico, nos invita a aceptar que cada uno tiene su punto de inicio en la práctica y que por ende, no podemos exigirle las mismas capacidades y desempeños a todos los practicantes. Permitiendo, de esta manera, que cada uno entrene de acuerdo a sus capacidades.

¿Significa esto que el practicante de Aikido no se esfuerza por mejorar o superarse? La respuesta es un rotundo, no.

Solo significa, que la medida del avance de cada uno va a estar dada por la mejora o no que obtengo, pero en referencia a mí mismo, no en cuanto a ganar o no un combate. O saltar más alto o patear más fuerte o golpear más violentamente que otro compañero.

El practicante de Aikido, se esfuerza, transpira el keikogi, aprende y perfecciona las técnicas, mediante la práctica constante. Pero no para ganar un torneo o para ser mejor que otro, sino para ser día a día mejor practicante que el que era ayer.

El desafío es mucho mayor, desde mi punto de vista, ya que a nosotros mismos no nos podemos mentir.


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